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En la Palabra inspirada de Dios, la Biblia, Él ha revelado todo lo que cualquiera puede saber sobre Su mente y voluntad. O bien, Él dice lo que quiere decir en su Palabra, o no lo hace. Si no lo hace, la Biblia es simplemente un consejo que podemos ignorar con impunidad. Sin embargo, si quiere decir lo que dice, nuestro destino eterno depende de darle a Su Palabra “mucha mayor atención” (Hebreos 2:1, LBLA).
Si bien Dios es el Dios de la gracia y la misericordia (Tito 2:11–3:7), Él espera que Su creación respete y obedezca Su voluntad, ante la cual cada uno será llamado a rendir cuentas (II Corintios 5:10) Los hombres no tienen derecho a abusar de la gracia de Dios al pensar que Él “comprenderá” nuestras flagrantes fallas en amar a los demás como a nosotros mismos (Mateo 22:39), tratar a los demás como queremos ser tratados (7:12), ayudar a los desamparados (Gálatas 6:10), y para cumplir otros deberes similares hacia nuestros semejantes. Si bien muchos parecen hacer esta aplicación en asuntos relacionados con las responsabilidades sociales, a menudo no van más allá. La actitud de la mayoría hacia la Biblia (incluidos los líderes religiosos) parece ser que debemos honrar sus preceptos morales/sociales, pero su doctrina “religiosa” es bastante flexible.
En otras palabras, aunque Dios ha dado instrucciones doctrinales y especificado las cosas que le agradan en la adoración cristiana, Él excusará nuestra ignorancia de ello. De este modo, los hombres se atreven a convertir la gracia de Dios en un pretexto para cumplir sus propias voluntades y deseos. Con estas premisas ante nosotros, ¿cuáles son algunas de las cosas en la religión que Dios no “comprende” (es decir, no “exime”)?
- La creación de miles de cuerpos religiosos que profesan seguir y pertenecer a Jesús (Él imaginó y edificó una sola iglesia [Mateo 16:18; Efesios 1:22–23; 4:4]).
- La producción de “evangelios” de origen humano, escritos o no, que perpetúan la división religiosa (solo hay un verdadero Evangelio: el Nuevo Testamento [Romanos 1:16; I Corintios 15:1–4; Gálatas 1:6 –9]).
- Los muchos inventos de los hombres en “adoración,” diseñados para su placer en lugar de del de Dios (la adoración debe ser “en espíritu y verdad” y según lo autorizado por Cristo [Juan 4:23-24; Colosenses 3:17]).
- Los muchos “planes de salvación” que los hombres han ideado alteran lo que las Escrituras enseñan que los hombres deben hacer para ser salvos (creer y confesar a Cristo, arrepentirse, ser bautizado [Marcos 16:16; Hechos 2:38; Romanos 10:9–10]).
- La negación de que existe la “verdad”, o si en realidad existe, nunca podemos estar seguros de saberla (Jesús dijo que la Palabra de Dios es Verdad y podemos saberla y ser liberados por ella [Juan 17:17; 8:31-32] )
La gracia salvadora de Dios es para los que lo obedecen, no para los que suponen que Él “comprenderá” (Juan 12:48; Hebreos 5:9).
[Nota: Escribí este manuscrito para y fue publicado en el Denton Record-Chronicle, Denton, TX, Junio 12 de 2015.]
Atribución: Tomado de TheScripturecache.com, propiedad de y administrado por Dub McClish.
Traducido por: Jaime Hernandez.
