El Alcance De Los Pactos: ¿Es El Nuevo Pacto De Cristo Solo Para Los Cristianos?

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A principios de la década de 1950 Carl W. Ketcherside y Leroy Garret inquietaron a las iglesias con su hobbie de hacer una diferencia entre “evangelio” y “doctrina.” Proponían que el “Evangelio” del Nuevo Testamento, como lo definieron (es decir, el plan de salvación) solo aplicaba a los inconversos y que la “doctrina” del Nuevo Testamento como ellos la definían (es decir, todo el resto del Nuevo Testamento) aplicaba solo a los cristianos. Hacían esta distinción falsa principalmente para darle validez a su afirmación de que era pecado para el predicador servir en una sola congregación durante un periodo de mucho tiempo (comúnmente llamado el hobbie “anti permanencia de predicador”). (Por supuesto, solo ellos estaban calificados para decir ¡qué era un “largo periodo de tiempo”!) En 1954 el finado E. C. Fuqua dijo en un debate con Thomas B. Warren que los inconversos no estaban bajo la ley de Cristo al igual que el mundo.1 A mediados de la década de 1970 el finado James D. Bales, profesor de Biblia en Harding University, empezó a afirmar públicamente que solo los que están “en el pacto” son responsables a sus normas(aunque admite que ya había defendido esto, al menos en algunas de sus partes en la década de 1940).2 En varios libros que ha publicado a partir de 1979 y en al menos dos debates escritos a principios de la década de 1980, concluye que dado que los inconversos no están “en el pacto,” no son responsables a la Ley de Cristo. Dan Billingsly, que de igual forma niega que el inconverso sea responsable al pacto con Cristo, ha difundido ampliamente sus puntos de vista en programas de radio, periódicos y en varios debates, desde 1981. Surgiendo con las afirmaciones de E. C. Fuqua y continuando hasta el presente, la principal aplicación de esta novela doctrinal ha sido sobre la Ley divina del matrimonio, divorcio y segundas nupcias. Si bien los hombres mencionados antes no están de acuerdo en todo detalle y no usan una terminología idéntica, están de acuerdo en una afirmación importante: Los inconversos no son responsables a la Ley de Cristo. Todos afirman que los incrédulos son responsables a un sistema de ley, mientras que solo los santos de Dios son responsables al Nuevo Testamento. Esta distinción podría graficarse de la siguiente manera:3

 

MAESTROS DIVISIONES DE LA LEY
  PECADORES SANTOS
Katcherside,  Garret Solo Evangelio Solo doctrina
Fuqua Ley civil Ley de Cristo
Bales Ley en el corazón,

A los requisitos de entrada

Ley del pacto para la iglesia
Billingsly Gran ley moral, se invita a obedecer la ley para la salvación Ley/pacto de Cristo para la iglesia del NT

           

Muchas consecuencias e implicaciones nefastas y destructivas están inherentes en este punto de vista de que los inconversos no son responsables ante la Ley de Cristo, algunos de los cuales demostraré y discutiré en este capítulo. Si bien no es posible para uno juzgar perfectamente los motivos de otro, sospecho firmemente que muchos han encontrado conveniente negar que los inconversos no son responsables al Nuevo Testamento debido a las implicaciones de esta doctrina respecto al matrimonio, divorcio y segundas nupcias. Buscan una forma de relajarla de lo que perciben es una legislación excesivamente estricta del Señor. De hecho, en una ocasión un compañero predicador dijo que, debido al alto porcentaje de matrimonios de hombres y mujeres que están en matrimonios adúlteros, si no encontrábamos alguna forma de “reinterpretar” Mateo 19:9, además de la interpretación “tradicional,” pronto nos quedaríamos sin nadie a quien podríamos instar a obedecer el Evangelio ¡sin que tengan que disolver su matrimonio! ¿No estaba siendo más honesto que muchos otros que no se atreven a decirlo?

Empezaré por exponer un resumen de los principales argumentos de los que niegan que los inconversos no están sujetos al Nuevo Pacto de Cristo, con una breve respuesta a cada una.

Algunas Afirmaciones Basicas del Argumento de la “No Responsabilidad”

Las limitaciones de espacio en este capítulo no me permiten detallar diversos argumentos que se hacen para negar que los inconversos están sujetos a la ley de Cristo. Sin embargo, Las siguientes afirmaciones son quizás las más comunes y son suficientes para captar los puntos sobresalientes de la contienda:

  1. La ley de Moisés fue dada solo a Israel, no fue dirigida a los gentiles y los gentiles que vivieron durante su autoridad no estuvieron sujetos a ella ni serán juzgados por ella. De la misma manera, la Ley de Cristo es dirigida solo a la iglesia, no a los inconversos que han vivido desde la muerte de Cristo y no están sujetos a ella ni serán juzgados por ella.
  2. Los inconversos que han vivido desde la cruz son responsables a una ley ordenada por Dios, de lo contrario no podrían ser pecadores (Romanos 4:15; 5:13). Están bajo la “ley civil” y/o “ley eclesiástica” (Fuqua), “la ley en el corazón” (Bales) o “la gran ley moral” (Billingsly) hasta que obedezcan el Evangelio, el plan de salvación. Los que mueran inconversos, serán juzgados, no por la ley de Cristo (el Evangelio), sino por los respectivos sistemas de ley antes mencionados (dependiendo qué maestro uno siga).
  3. La palabra “pacto” significa un contrato multilateral entre dos o más personas o entidades que es obligatorio solo para quienes acordaron sus términos. Dado que los pecadores no están “de acuerdo” en guardar el pacto de Cristo entonces no están obligados por el mismo.
  4. El que los inconversos no estén obligados a la ley de Cristo se demuestra en el hecho de que los inconversos no se les ordena arrepentirse y orar para el perdón de sus pecados (Hechos 8:22), observar la cena del Señor (Hechos 20:7), o dar de su dinero al tesoro de la iglesia (I Corintios 16:1-2), y cosas semejantes.
  5. Las leyes de Dios pertenecientes al matrimonio, divorcio y segundas nupcias (Mateo 5:31-32; 19:9; Romanos 7:1-4; I Corintios 7:1-40 fueron dirigidas solo a creyentes, los que están “en el pacto.” Dado que ni Cristo ni Pablo dirigieron su legislación a los inconversos no son responsables a esas leyes.

Respuesta a las “Afirmaciones Basicas” Antes Mencionadas

A fin de que el lector pueda seguir mis respuestas a las afirmaciones básicas antes  mencionadas, las discutiré en orden de aparición:

¿Es el Nuevo Testamento obligatorio solo para la iglesia?

Es verdad, el pacto que Dios dio a través de Moisés (la ley de Moisés) fue dirigida solo a Israel (Éxodo 25:22). Sin embargo, no es preciso decir bíblicamente que los gentiles no estaban sujetos a él. El “extranjero” (gentil) que vivía en Israel (el dominio de Dios) como extranjero, sin duda, tenía la obligación de obedecer la ley, aunque de hecho no era parte de la nación de Israel, la nación de Dios (Éxodo 12:48-49; 20:10; Números 9:14; 15:14; y otros). En otras palabras, había solo una ley tanto para Israel y el extranjero dentro de sus fronteras. Mientras que la Ley de Moisés era principalmente solo una ley nacional para Israel, la Ley de Cristo no es solo nacional, sino universal en su alcance (Mateo 28:19-20; Marcos 16:15; Lucas 24:46-47; Hechos 1:8). El mundo entero es el campo en el que la semilla del reino (el Evangelio, la Ley de Cristo) debe sembrarse (Mateo 13:37) y sobre el que Cristo reina (Mateo 28:18; I Timoteo 6:14-16). Por lo tanto, toda la humanidad debe ser responsable a la Ley de Cristo, o no tendría sentido llevársela a ellos. Sin embargo, alguien objeta, “Si esto es así entonces los inconversos en el mundo se hacen ciudadanos en el reino de Cristo.” ¡No es así! Un canadiense no se hace ciudadano de los Estados Unidos por el simple hecho de cruzar la frontera de los Estados Unidos, sin embargo, mientras esté dentro de los límites territoriales de los Estados Unidos es responsable ante la ley de los Estados Unidos. Dado que el “territorio” del domino de Cristo incluye el mundo entero, todos los que están en el mundo son, por lo tanto, responsables, sujetos a su Ley (Hechos 10:34-35; Romanos 9:5; I Timoteo 6:14-16).

¿Los inconversos bajo qué ley?

Si fuera verdad que los inconversos no son responsables a la Ley de Cristo, entonces se concluiría que no serán juzgados por esa ley. Lo que Pablo estableció en Romanos 3:19 acerca de la Ley de Moisés es verdad en principio respecto a cualquier sistema de ley: “Pero sabemos que todo lo que la ley dice, lo dice a los que están bajo la ley, para que toda boca se cierre y todo el mundo quede bajo el juicio de Dios.” En un esfuerzo para ser coherente, los que niegan que los inconversos están sujetos a la Ley de Cristo deben encontrar algún otro “sistema de ley” a parte de la ley de Cristo al que los inconversos estén sujetos y por la cual sean juzgados. Como ya lo señalé, varios maestros han sugerido varios estándares, los cuales consideraré brevemente:

  1. Fuqua de hecho sugirió dos normas―”la ley civil” y “la ley eclesiástica.” Es verdad, Dios ha ordenado el gobierno civil y los hombres están obligados a obedecer la ley civil mientras no esté en conflicto con la ley Divina (Romanos 13:1-7; I Pedro 2:13-15; Hechos 5:29). Por lo tanto, los hombres serán llamados a rendir cuentas por el Señor en el Juicio si desobedecieron la ley civil y no se arrepintieron de ello, pero en concepto es casi lo mismo de que uno será juzgado por la ley civil. Fuqua inventó la “ley eclesiástica” como la norma de juicio en un esfuerzo por cubrir a los que confesaron a Cristo pero que estuvieron en error religioso.
  2. Bales tomó la frase de Pablo: “la ley escrita en sus corazones” (Romanos 2:15) y fabricó un instintivo sistema de guía moral no escrito que confunde con la conciencia.4 Sin embargo, si uno nota cuidadosamente el contexto de Romanos 2:14-15, observará dos hechos, los cuales exponen el argumento de la “ley en el corazón” de Bales: (1) la Ley de Moisés está bajo consideración en estos dos versículos, no alguna otra ley imaginaria no escrita; era la obra de la Ley de Moisés que estaba escrita en los corazones de los gentiles; (2) los que están bajo consideración en estos versículos eran los gentiles que vivían mientras la Ley de Moisés estaba aun en vigor, antes de que Cristo muriera y fuera clavado en la cruz (Colosenses 2:14); por lo tanto, la descripción de Pablo de los gentiles en Romanos 2:14-15 no aplica a alguien que haya vivido desde la muerte de Cristo. La “ley en el corazón” de Bales es una fantasía sin paliativos (fue desafiado por años a que mostrara una copia de ella, pero nunca lo hizo), sin embargo, de acuerdo a su doctrina, es por medio de ésta que el inconverso que ha vivido desde Pentecostés ¡será juzgado al final!
  3. Billingsly llama a su sistema de ley para los inconversos la “gran ley moral,” que también identifica como “la ley del pecado y muerte” y “la ley escrita en el corazón” (al estilo de Bales):

Esta ley de pecado y muerte fue revelada a Adán en su trasgresión. El conocimiento del bien y del mal vino a la raza humana a través de Adán y ha sido pasada de generación en generación. Esta ley moral, este conocimiento del bien y del mal, es la Divina ley de Dios, que ha gobernado sobre toda generación en la ausencia de un pacto con ley…Los inconversos estarán sujetos a sus pecados contra Dios como lo reveló en la ley del pecado y muerte…La única ley universal conocida en el corazón de todos los hombres (Génesis 2; Romanos 1-8).5

Mientras que Dios ciertamente tiene una ley moral que refleja su perfecta naturaleza moral, niego que haya llegado al hombre a través de la trasgresión de Adán y desde entonces haya sido transmitida como una especie de sistema guía innata (que Billingsly algunas veces identifica con la conciencia, en acuerdo con Bales). Ningún hombre puede saber cómo espera Dios que se comporte ya sea en cuestiones morales o religiosas sin la revelación de Dios de su voluntad (Jeremías 10:23). En lugar de tener algún sistema natural de ley moral como argumenta Billingsly, Pablo dice representando a todos los hombres, que no tendría conocimiento del pecado sin la ley revelada de Dios. La ley de Dios para el hombre desde la muerte de Cristo ha sido la Ley universal de Cristo, que contiene toda la ley de Dios para todos los hombres, incluida su ley moral. Note que también Billingsly afirma que es a su “ley moral” mítica innata que los inconversos son responsables y por implicación, por la cual serán juzgados. Vea que finalmente Billingsly concibe la “gran ley moral” (en lugar de la ley de Cristo) como la única ley universal, lo cual raya en la blasfemia contra el Evangelio y contra Cristo que murió para darle poder. Billingsly ha sido una y otra vez desafiado a mostrar una copia de su “gran ley moral” que, por supuesto no puede hacer porque no existe (es decir, una guía instintiva ¡que está separada y que es otra a la Ley de Cristo!)

He demostrado que los sistemas alternativos de ley expuestos por los que niegan que los inconversos son responsables ante la Ley de Cristo son sistemas imaginarios, míticos, de ficción y por lo tanto, anti bíblicos. Además, quiero enfatizar que todos los hombres (incluidos los inconversos) que han vivido desde la cruz serán juzgados por una norma―la Ley de Cristo. El Señor dejó esto en claro: “El que me rechaza y no recibe mis palabras, tiene quien le juzgue; la palabra que he hablado, ella le juzgará en el día postrero” (Juan 12:48). Sin duda, es claro que Jesús esta describiendo a los inconversos cuando habla de los que le rechazan a Él y a su Palabra. Si los incrédulos que han vivido desde la cruz no son responsables ante la Ley de Cristo (de acuerdo con Fuqua, Bales, Billingsly), no obstante que serán juzgados por ella (Juan 12:48), entonces, estos hombres hacen al Señor ¡un juez cruel e injusto! ¡Por supuesto que no! Los que rechazan a Cristo al rechazar su Palabra (los no cristianos) ¡de cualquier manera serán juzgados por esa misma Palabra!

¿Los Pactos de Dios Requieren el Acuerdo del Hombre?

Uno de los errores más cruciales y fundamentales del sistema de creencia que estoy revisando es este capítulo (especialmente el de Billingsly) es una falsa suposición respecto al significado de “pacto” cuando son pactos de Dios dados para los hombres. La definición del diccionario común de un pacto entre hombres (es decir, un contrato que es obligatorio solo cuando las partes acordaron sus términos) no aplica a los pactos Divinos-humanos y es evidente en lo siguiente:

  1. Una breve descripción de los pactos de Dios con los hombres en la Biblia demuestra la verdadera naturaleza y definición de los pactos Divino-humanos. La siguiente gráfica ayudará al lector ver cómo las Escrituras usan y definen “pacto”6

 

Cómo se usa y define la Escritura “Pacto”

1.   Dios establece sus pactos con los hombres (Génesis 6:18; 9:9).

2.   Los diez mandamientos llamado “pacto” (Éxodo 19:5; 34:27-28; Deuteronomio 4:13; Hebreos 9:4).

3.   “Pacto” y “ley” usados intercambiablemente (Jeremías 31:33; Hebreos 8:10; 10:16).

4.   “Pacto” descrito como “estatuto,” “ordenanza” (Josué 24:25).

5.   El “Pacto” es ordenado (Josué 23:16; Deuteronomio 4:13; Hebreos 9:20).

6.   Dios da un pacto (Hechos 7:8).

7.   Dios hace un pacto (Deuteronomio 5:2; Hechos 3:25; Hebreos 8:8, 10; 10:16).

 

Resumen:

1.   El pacto de Dios con el hombre fue/es un favor soberano de gracia.

2.   El hombre debe obedecer a Dios para recibir la gracia.

3.   Si el hombre rechaza el pacto, es castigado.

4.   Bilateral, pero solo en el sentido que están dos partes involucradas―Dios y el hombre.

5.   Unilateral en el sentido que solo Dios determina las bendiciones y condiciones.

6.   El hombre es unilateralmente responsable, sea que esté de acuerdo a obedecer o a rechazar el pacto de Dios.

 

El pacto de Dios con Israel fue solo una forma de referirse a los mandamientos y a la Ley que Él entregó a Israel (Josué 23:16; Hebreos 9:19-20). El Nuevo Pacto también se define como las Leyes de Dios (Jeremías 31:33; Hebreos 8:10; 10:16). Por lo tanto, vemos que los escritores inspirados usaron “pacto” para referirse a la Ley autoritativa de Dios que dio a los hombres y  ante la que eran responsables, sea que estuvieran de acuerdo o no en guardarla.

  1. La evidencia de las obras de referencia de escritores no inspirados (Diccionarios bíblicos, Enciclopedias bíblicas y léxicos) reflejan el uso bíblico y la definición de “pacto” como se demostró arriba. La siguiente gráfica muestra las definiciones y explicaciones dichas:7

 

Cómo definen “Pacto” varias autoridades

1.   “Un diatheke es la voluntad que da la propiedad de alguien después que muere de acuerdo a los deseos del propietario. Es completamente unilateral…”8

2.   “Una disposición unilateral impuesta por la parte superior.”9

3.   “El hombre no está en posición de un pacto independiente, tal pacto no es estrictamente un pacto mutuo…”10

4.   “Otra vez, se nos informa cuan extraño es el concepto del pacto, la noción de acuerdo o contrato entre dos partes. La idea de un acuerdo bilateral se excluye completamente.”11

5.   “’Pacto’ en el sentido estricto, no requiere dos partes contratantes independientes, eso no puede aplicarse a un pacto entre Dios y el hombre.”12

6.   “En su significado bíblico de un acuerdo entre dos partes, la palabra ‘pacto’ se usa―1.En forma adecuada, de un pacto entre hombre y hombre…2. En forma inadecuada, de un pacto entre Dios y el hombre.”13    

 

¿Por qué estas autoridades dan esta definición a los pactos de Dios con los hombres? Porque las Escrituras la demuestran tan claramente ¡que es obligada! Los pactos de Dios siempre han sido la expresión de su plan, su voluntad, su orden, su ley, sus mandamientos. Dios creó al hombre como una criatura con libre albedrío para que determinara obedecer o rechazar su voluntad (Juan 12:48), pero aún está sujeto a ella en cualquier caso. Los que viven en rebelión a la Ley de Cristo (es decir, los incrédulos) no están menos sujetos a su Ley ¡solo porque no estén de “acuerdo” con sus términos y condiciones! Como antes enfaticé, argumentar lo contrario sería paralelo a decir de alguien que no es ciudadano de EEUU y que rechaza sus leyes ya no sea responsable ante ellas mientras resida en territorio estadounidense.

El Hecho de que los Incredulos—Como Inconversos—No Deban Guardar Ciertos Puntos de la Ley de Cristo ¿Implica que no son Responsables Ante Ella?

Bales y Billingsly dan un gran énfasis en responder la pregunta anterior en su argumento. Aparentemente creen que es una afirmación poderosa y convincente. Es cierto que ha confundido a algunos y a estos hombres les gusta jugar tanto con esta confusión. Por supuesto, es evidente, incluso para un principiante en la Escrituras, que los inconversos―como incrédulos―no deben arrepentirse y orar para perdón de sus pecados, como los santos (Hechos 8:22). Tampoco los inconversos están en posición de participar bíblicamente de la cena del Señor (Hechos 20:7). Bales y Billingsly creen que esto prueba que los inconversos no están sujetos a ninguna Ley de Cristo, pero por supuesto, no es así. Probemos su argumento.

Los siguientes principios de aplicación de cualquier sistema de ley en personas específicas se han entendido desde hace mucho tiempo. Uno podría no ser capaz (debido a ciertas condiciones previas) de obedecer todo estatuto en un cuerpo determinado de ley, pero podría ser responsable a ese cuerpo de ley en su conjunto. Considere los siguientes ejemplos:

  1. Hay ciertos estatutos en el Código de Ley del Estado de Texas que aplican solo a los legisladores del estado. No cumplo con los requisitos (es decir, ser legislador) para que esas regulaciones específicas apliquen directamente a mí. Sin embargo, esto no significa que no sea responsable ante todo el cuerpo de Ley del Estado de Texas.
  2. Nuestro Señor no podía ser sacerdote bajo la Ley de Moisés porque no era de la tribu de Leví, sino de la de Judá (Hebreos 7:14; 8:4). Por lo tanto, los estatutos respecto a los sacerdotes no aplicaban directamente a Él. ¿Significa esto que Él no era responsable a la Ley de Moisés en su conjunto? Absolutamente no―”Nació bajo la ley” (Gálatas 4:4).
  3. Las mujeres judías eran responsables ante el pacto mosaico en su conjunto, pero el mandamiento de la circuncisión no aplicaba directamente a ellas, ya que no podían siendo mujeres.

Tales ejemplos podrían enumerarse casi indefinidamente, pero la fuerza de todos ellos sería la misma que los de arriba. El hecho de que un mandamiento dado de la Ley de Cristo no aplique directamente a un inconverso, no justifica por lo tanto, que no sea responsable a la Ley de Cristo totalmente.

También me gustaría decir que el viejo adagio, “El que intenta probar mucho, no prueba nada,” esto es verdad con la afirmación que ahora estamos examinando. Admitamos por un momento que, debido a que uno o pocos mandamientos del nuevo pacto del Señor no aplican directamente al inconverso, no tiene que rendir cuentas ante nada de él. ¿Los defensores de esta doctrina aplicarán el mismo principio a los cristianos, que según ellos, no solo son responsables ante el Nuevo Pacto, sino son los únicos? Creo que no, porque cuando usen el mismo razonamiento, destruirán la responsabilidad de todo cristiano ante el pacto de Cristo. Esto haría al Nuevo Testamento una pieza inútil de legislación Divina, ¡porque nadie en la faz de la tierra (ya sean, inconversos y santos) sería responsable ante él! Considere los siguientes ejemplos:

  1. Las esposas cristianas no tendrían responsabilidad de nada ante el Nuevo Pacto en su conjunto, ya que que no están (y nunca estarán) en posición de obedecer, “Maridos, amad a vuestras mujeres” (Efesios 5:25), un mandamiento específico de dicho pacto.
  2. Los solteros cristianos no tendrían responsabilidad de nada ante el Nuevo Pacto en su conjunto, ya que no están en posición de cumplir el mandamiento, “El obispo sea…marido de una sola mujer…” (I Timoteo 3:2), un estatuto específico de la Ley de Cristo.
  3. Los cristianos no tendrían responsabilidad de nada ante el Nuevo Pacto en su conjunto, ya que no están incluidos directamente en el mandamiento del Nuevo Testamento: “Levántate y bautízate y lava tus pecados…” (Hechos 22:16).

Si el hecho de que un inconverso no esté directamente contemplado por el mandamiento de arrepentirse y orar para perdón de los pecados (Hechos 8:22) (una parte de la Ley de Cristo) significa que no es responsable ante nada de él, entonces la coherencia demanda que el mismo principio se aplique al cristiano y a su responsabilidad ante la ley de Cristo. La aplicación del mismo principio de Bales/Billingsly a los cristianos relativa a los inconversos y la “responsabilidad hacia el pacto” ilustra lo absurdo y la falsedad de su afirmación.

¿La Ley del Matrimonio, La Ley del Divorcio y Segundas Nupcias Aplica Solo a los Inconversos ?

   ¿Aplica Mateo 5:31-32; 19:3-9 y I Corintios 7 a cualquiera además de los cristianos? Esto es, ¿son estos pasajes universales en su aplicación, que incluye a inconversos y a santos? Como ya se ha mostrado, Bales y Billingsly niegan que los inconversos estén bajo el Nuevo Testamento totalmente (por supuesto, excepto a lo que llaman los “requisitos de entrada”), excluyéndolos así de cualquier responsabilidad a las enseñanzas del Señor sobre el matrimonio, divorcio y segundas nupcias. El caso ya expuesto demuestra que los inconversos son responsables ante la ley de Cristo, lo cual exige la conclusión de que los inconversos están sujetos a las leyes de Cristo sobre el matrimonio, divorcio y segundas nupcias. No obstante, quiero dar más información respecto al por qué Mateo 19:9, es el pasaje que con frecuencia se ataca más sobre este tema, no puede limitarse solo a los cristianos. Presento las siguientes razones convincentes del por qué deberíamos entender Mateo 19:9 como un lenguaje universal, vinculante, es decir, obligatorio para inconversos y cristianos por igual:

  1. Jesús usó vocabulario universal: “Cualquiera que repudia a su mujer…”
  2. Jesús claramente incluye más que a cristianos, porque originalmente le habló a los judíos.
  3. Jesús vinculó su enseñanza a la Ley de Dios que había estado en vigor desde “el principio” (Mateo 19:4, 8), antes que Él hiciera algún “pacto con un pueblo” distinción hecha mediante la Ley de Moisés.
  4. Jesús reafirmó la ley universal del matrimonio de todos los tiempos, un hombre, una mujer, unidos entre sí por Dios de por vida (Génesis 2:24), añadiendo solo la única excepción de fornicación, permitida divinamente. La declaración de esta excepción, de ningún modo afecta a los que se les aplica.
  5. El vocabulario universal debe permitirse a menos que: (1) algo en el contexto inmediato lo limita, (2) sea condicionado por un contexto remoto, o (3) sea imposible o ilógico entenderlo en un sentido universal absoluto. Ninguno de los dos últimos son verdad en Mateo 19:9. Si bien Jesús excluye a ciertas personas (vv. 10-12), creo que lo hace (como explicó después) empleando una fuerte ironía para hacer hincapié en que realmente no hay excepciones a su legislación. Por lo tanto, no hay razones válidas para rechazar absolutamente la aplicación universal de la Ley de Jesús.
  6. Los únicos que nos son capaces de recibir su enseñanza (de esta manera exceptuados por Jesús de su Legislación) son los eunucos, que no son candidatos para el matrimonio (vv. 11-12). El efecto de esta declaración es para enfatizar que todos los casados o los candidatos a casarse están sujetos a su Ley.
  7. Jesús usó “cualquiera” en un sentido universal absoluto en el contexto cercano de Mateo 18:4, por lo que es muy poco probable que se refiera a algo menos que universal en Mateo 19:9.
  8. Jesús dio legislación similar en Mateo 5:32, en la que usó los dos términos universales, “el que” y “cualquiera” sin restricciones contextuales.
  9. Si Jesús no hubiera intentado hacer su declaración en Mateo 19:9 universal, ¿Cómo podría haber sido mejor haberla hecho para que fuera universal?
  10. No hay razón alguna por la cual la legislación del Señor sobre el matrimonio, divorcio y segundas nupcias debería ser solo para los cristianos cuando no hay leyes separadas para los inconversos y santos en otros temas morales (asesinato, mentira, robo, etc.).

   Sin embargo, se argumenta que I Corintios se dirigió a la iglesia, lo que Pablo escribió en I Corintios, (1) debe aplicar a los cristianos solamente y (2) no podría aplicar a los inconversos. Nadie cuestionará que Pablo dirigió su carta a iglesia en Corinto. Incluso estoy dispuesto a admitir que Pablo se dirigió a los cristianos sobre el tema del matrimonio en I Corintios. Sin embargo, esto no necesariamente excluye la aplicación de estas cosas a los inconversos, lo cual es lo que Bales y Billingsly deben probar. Cuando uno se dirige a cierto grupo de personas podría decir lo que es apropiado para ellos y mencionarlos solo a ellos en el contexto sin necesariamente excluir a los demás para quien sus palabras podrían aplicar. Pablo enseña que los que pertenecen a Cristo serán resucitados en su venida, sin mencionar que los que no pertenecen a Cristo serán resucitados al mismo tiempo (I Corintios 15:23). Por lo tanto ¿debemos excluir (como los aniquicionalistas) que los injustos no serán resucitados dado que no se mencionan en este contexto? Uno se equivoca al concluir así debido a que Jesús enseñó que el justo y el injusto serán resucitados al mismo tiempo (Juan 5:28-29).

   Además, he mostrado que (1) los inconversos están sujetos al pacto de Cristo en general y (2) que la enseñanza de Jesús sobre el matrimonio, divorcio y segundas nupcias es una legislación universal. De esta manera, mientras que I Corintios 7 se dirige específicamente a cristianos (porque fueron los que hicieron las preguntas a Pablo), la enseñanza de Pablo aplica a los inconversos también.

Algunas Afirmativas que Prueband que los Inconversos son Responsables a la Ley de Cristo

   En la sección previa di respuestas al argumento de que los inconversos no están bajo el pacto de Cristo, sino que están bajo un tipo de ley moral innata, no escrita y no revelada. Ahora vamos a algunos argumentos afirmativos para probar que los inconversos son responsables ante la Ley de Cristo. Las pondré en forma gráfica.

El principio de una parte―todas las partes14

Principio de una parte―todas las partes

 

1.   Si todos los hombres que son responsables a una parte de un cuerpo de leyes son responsables ante dicho cuerpo legal en su conjunto y si a todos los hombres se les ordena arrepentirse y ser bautizados como parte de la Ley de Cristo, entonces se deduce que todos los hombres son responsables ante la Ley de Cristo en su conjunto.

2.   Todos los hombres (a) que son responsables a una parte de un cuerpo de leyes son responsables ante dicho cuerpo legal en su conjunto (Gálatas 5:3; Santiago 2:10) y a todos los hombres (b) se les ordena arrepentirse y ser bautizados como parte de la Ley de Cristo (Hechos 2:38).

3.   Por lo tanto, todos los hombres son responsables a la Ley de Cristo en su conjunto. 

  

   En Gálatas 5:3 Pablo escribió: “Y otra vez testifico a todo hombre que se circuncida, que está obligado a guardar toda la ley.” Aquí está el punto número dos de la gráfica claramente establecido―si uno es responsable a un punto del pacto de Dios, es responsable al pacto en su conjunto. Además, Santiago 2:10 declara: “Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos.” Si uno es culpable de violar toda la ley de Dios al violar solo un punto de ella, entonces uno debe estar sujeto a la Ley de Dios en su conjunto. El mandamiento para arrepentirse y ser bautizado dado por Pedro en el día de Pentecostés fue para “cada uno” (Hechos 2:38) y lo mandó porque Cristo había comisionado a los apóstoles a llevar el Evangelio (Su Ley) a toda nación, a todo el mundo y a toda la creación (Mateo 28:19; Marcos 16:15-16). Se debe llegar a la conclusión del punto 3. Tenga en cuenta, como previamente se demostró, esta conclusión no significa que toda persona responsable ante el pacto de Cristo estará en posición de obedecer cada estatuto en ella, sin tener en cuenta ciertos requisitos previos. Debe obedecer cada estatuto siempre y cuando esté en posibilidad de hacerlo.

El principio de algunas personas responsables―todas las personas responsables15

Algunas personas―todas las personas responsables

1.   Si algunas personas son responsables a la Ley de Cristo en su conjunto, la cual contiene mandamientos específicos no directamente aplicados a ellos, entonces todos los hombres podríanser responsables ante la ley de Cristo en su conjunto, que contiene mandamientos específicos no directamente aplicables a ellos.

2.   Algunas personas son responsables ante la Ley de Cristo en su conjunto la cual contiene mandamientos específicos que no aplican directamente a ellos.

3.   Por lo tanto, todos los hombres podrían ser responsables a la Ley de Cristo en su conjunto la cual contiene mandamientos específicos que no aplican directamente a ellos. 

 

   Llamo su atención a las siguientes pruebas del punto 2 algunas de las cuales ya he expuesto en un contexto anterior (1) Las mujeres judías eran responsables ante toda la Ley de Dios dada a través de Moisés (axiomática), pero el mandamiento de ser circuncidado no aplicaba directamente a ellas (dado que no tienen prepucio). (2) Jesús era responsable a la Ley en su conjunto, pero las Leyes respecto a los sacerdotes no aplicaron directamente a Él dado que no podía ser un sacerdote terrenal (Hebreos 7:14; 8:4). (3) Las mujeres cristianas son responsables a la Ley de Cristo en su conjunto, pero el mandamiento de “Maridos, amad a vuestras mujeres…” (Efesios 5:25) no aplica directamente a ellas ya que no son y nunca podrán ser maridos. Así pues, he probado que todos los hombres podrían estar bajo la Ley de Cristo en su conjunto aunque contiene mandamientos específicos que no aplican directamente a ellos. Lo que he demostrado podría ser el caso con todos los hombres, lo cual Bales y Billingsly niegan rotundamente.

El principio de todos los hombres bajo el Nuevo Testamento como un todo16

Todos los hombres bajo el Nuevo Testamento como un todo

1.   Si hay un―y solo un―cuerpo de ley espiritual universal (el Nuevo Testamento) en vigor dado por Cristo, el cual debe predicarse y obedecerse por todos los que podrían ser salvos (cristianos e inconversos), entonces se deduce que todas las personas son responsables ante ese cuerpo de ley espiritual (el Nuevo Testamento) en su conjunto.

2.    Hay un―y solo un―cuerpo de ley espiritual universal (el Nuevo Testamento) en vigor dado por Cristo, que debe predicarse y obedecerse por todos los que podrían ser salvos (cristianos e inconversos) (Marcos 16:15-16; Romanos 1:16; 6:17-18; Hechos 6:7; 8:4; Isaías 2:3; Juan 17:17; I Timoteo 4:1-5; Jeremías 31:33; Hebreos 8:10; 10:16; Gálatas 3:23; y otros).

3.   Por lo tanto, todas las personas son responsables ante este cuerpo de ley espiritual (el Nuevo Testamento) como un todo.

 

   Llamo su atención para demostrar el punto 2. Los santos en Roma fueron salvos al obedecer el Evangelio (Romanos 1:16; Marcos 16:15-16), sin embargo, Pablo dice que fueron salvos por obedecer la doctrina (Romanos 6:17-18). Los sacerdotes judíos fueron obedientes a la fe (Hechos 6:7), lo cual es lo mismo que el Evangelio y la doctrina de Cristo. Cuando los santos fueron esparcidos de Jerusalén predicaron la Palabra (Hechos 8:4), obviamente se nos mandó predicar el Evangelio a todo el mundo (Marcos 16:15). La Ley y la Palabra del Señor fue profetizada que saldría de Jerusalén (Isaías 2:3), lo que ocurrió cuando se predicó por primera vez el Evangelio en Pentecostés. La Verdad es lo mismo que la Palabra y la fe (Juan 17:17; I Timoteo 4:1-5). El Nuevo Pacto se le refiere como la Ley de Dios (Jeremías 31:33; Hebreos 8:10; 10:16). La fe es el Nuevo Pacto (Gálatas 3:23). Estos varios términos no describen diferentes cuerpos de leyes espirituales, sino que todos se refieren al único cuerpo de ley espiritual de Dios que dio a través de su Hijo (Mateo 28:18; Hechos 3:22; Hebreos 1:1-2; y otros).

   Ahora, demostraré que el pacto de Cristo, referido con una o más de las designaciones antes mencionadas, es para los inconversos y los santos por igual. El Evangelio es para todo el mundo (Marcos 16:15) y para los santos (Romanos 1:15). La doctrina de Cristo es para los pecadores (Hechos 5:28) y para los santos (Hechos 2:42). La fe es para los pecadores (Hechos 6:7) y los santos (Judas 3). La Palabra es para que la obedezcan pecadores y santos (Hechos 13:5-7; II Timoteo 4:2). La Ley del Señor se predicó a pecadores (Isaías 2:3; Hechos 2), pero los santos están bajo ella (I Corintios 9:21). La Verdad fue para que la obedecieran pecadores y santos (Juan 8:32; Gálatas 2:5). El Nuevo Pacto/Testamento fue/es para los pecadores (Hebreos 9:15-18) y sin duda nadie negará que los santos son responsables a él. Como un testamento entró en vigor cuando Cristo murió (compárese Colosenses 2:14). Es la Ley de Dios para todos los hombres actualmente. Habiendo probado que Dios tiene solo un cuerpo de Ley espiritual para el hombre bajo Cristo y que debe predicarse y obedecerse por todos los hombres, se concluye que todos los hombres son responsables ante ella.

Algunas Implicaciones de Negar Que Los Inconversos No Son Responsables ante El Pacto de Cristo

   Las implicaciones de una doctrina, afirmación, premisa o argumento pueden ayudarnos a determinar si es verdadera o falsa, útil o dañina. Cualquier doctrina que implique una falsa doctrina es en sí misma una falsa doctrina. Veamos algunas de las implicaciones de negar la responsabilidad de los inconversos.

Dos sistemas de ley en lugar de una

   Si los argumentos de Bales y Billingsly son verdaderos Dios tiene dos leyes, una para los inconversos que han vivido desde la cruz y otra para cristianos. Pero, la Biblia enseña (como lo he demostrado) que Él tiene solo una Ley universal―el Evangelio―y todos los hombres son responsables y serán juzgados por ella.

Condenación universal

   Si los argumentos de Bales y Billingsly son verdaderos nadie puede ser salvo. Argumentan (y con razón) que los inconversos no son salvos hasta que obedezcan la Ley de Cristo. Sin embargo, también argumentan (incorrectamente) que los inconversos no son responsables ante la Ley de Cristo hasta que la obedecen (la doctrina que estoy refutando). Por lo tanto, si su doctrina es verdadera, el inconverso es puesto en la clásica “trampa-22”―Dios le pide obedecer su Ley a fin de ser salvo (II Tesalonicenses 1:7-9), pero no es posible obedecerla porque no aplica para él, ¡no es responsable ante ella! (Romanos 3:19).

Solo los santos deberían ser bautizados

   De acuerdo a la doctrina de Bales/Billingsly, solo los santos están sujetos a la Ley de Cristo (el Evangelio, el Nuevo Testamento, la fe, la Palabra, el pacto de Cristo, y otros). El bautismo es parte de la Ley de Cristo. Sin duda no es un mandamiento del Antiguo Testamento. Incluso si Bales pudiera encontrar una copia de la “ley escrita en el corazón” o si Billingsly pudiera encontrar una copia de la “gran ley moral,” en ninguna de ellas se podría encontrar al bautismo como parte de ella. Dado que (1) los inconversos no son responsables ante la Ley de Cristo (de acuerdo a su argumento), (2) solo los santos son responsables (de acuerdo a su contención) y (3) el bautismo es un mandamiento de la Ley de Cristo, entonces se concluye que los únicos responsables al mandamiento de ser bautizados son los santos.

Los predicadores denominacionales no pecan cuando predican el error

   Nadie puede violar una ley a la que no esté sujeto (Romanos 4:15). Los predicadores denominacionales van más allá y enseñan cosas contrarias a la Palabra de Dios (fe sola, música instrumental, el pecado heredado, “bautismo” infantil, gobierno jerárquico, títulos y otros). Sin embargo, como inconversos, de acuerdo a Bales y Billingsly, no son responsables a la Ley de Cristo y por lo tanto no pueden violarla. De esta manera, no pecan cuando predican falsas doctrinas, si Bales y Billingsly están en lo correcto.

Los matrimonios adúlteros (incluido la poligamia) están autorizados

   De acuerdo a Bales y Billingsly, dado que la enseñanza de Cristo sobre el matrimonio, divorcio y segundas nupcias es una “doctrina del pacto,” ningún inconverso está obligado a cumplirla. Uno queda sujeto a esa enseñanza solo cuando se hace cristiano y está casado a un cristiano. De esta manera, el inconverso (o santo casado a un inconverso) puede casarse con varias esposas simultáneamente (dónde la ley civil lo permita) o en forma sucesiva con la aprobación de Dios. El inconverso (o el cristiano casado con un inconverso) también podría vivir en una situación de “matrimonio grupal” donde él y los demás hombres estuvieran “casados” a varias mujeres al mismo tiempo compartiendo los privilegios sexuales entre ellos. De hecho, un inconverso no violaría la Ley de Dios por el simple hecho de vivir con una persona del sexo opuesto sin matrimonio, porque hablando en forma práctica, sería imposible para un inconverso cometer adulterio o fornicación.

Cuando uno es bautizado él/ella debe permanecer con su pareja actual

   Ya que los inconversos no son responsables a la Ley de Cristo sobre el matrimonio, divorcio y segundas nupcias (según Bales y Billingsly), a Dios no le interesa cuántas veces hayan estado casado antes de hacerse cristianos. Pueden (de hecho se nos dice que deberían) quedarse con su actual pareja, no importando si tuvieron otras cinco antes de la actual y ninguna les fue sexualmente infiel.

   Estas no son en ningún modo todas las implicaciones falsas, desastrosas, de gran envergadura e inmorales de negar que los inconversos sean responsables a la Ley de Cristo. Sin embargo, creo que estas pocas son tan abominables para que el lector amante de la Verdad pueda ver el horror (como también el error) de esta doctrina.

Conclusion

   Dudo seriamente que la doctrina que niega que el inconverso sea responsable ante la Ley de Cristo se hubiera considerado alguna vez y quizás nunca se hubiera tomado en cuenta si no hubiera hombres que buscan eludir el sencillo lenguaje de Jesús en Mateo 19:9. La popularidad de esta doctrina se ha incrementado casi en proporción directa con el número de divorcios y segundas nupcias entre (1) los que ya son cristianos y (2) los que quieren bautizarse, pero que se han divorciado y vuelto a casar. En este tema vemos el clásico caso de acomodar la voluntad de Dios a las ideas mundanas e inmorales y prácticas de hombres y mujeres (Romanos 12:1-2). Tenemos que analizarnos y ayudar a todos los hombres a ver que todos los que han vivido desde que Cristo murió en la cruz están sujetos a la Ley de Cristo y por lo tanto serán juzgados por ella.

Notas Finales

[1] Divorcio y segundas nupcias: ¿Están los inconversos sujetos a la ley de Cristo? El Debate Warren-Fuqua, Thomas B. Warren y E.C. Fuqua (Jonasboro, AR: National Christian Press, 1985 rep), 3-4, 10.

2 James D. Bales, El alcance de los pactos (Searcy, AR: James D. Bales, 1982), 245-246. 

3 Dub McClish y Dan Billingsly, El debate McClish-Billingsly: La responsabilidad de los inconversos a la ley de Cristo (Denton, TX: Valid Pub., Inc., 1986), 15-16, adaptado y usado con permiso.

4 James D. Bales, La ley en el corazón (Dallas, TX: Gospel Teachers Pub., Inc., 1981), 55.

5 McClish y Billingsly, 109, 167-168. 

6 Ibid, 20, adaptado con permiso. 

7 Ibid., adaptado con permiso. En preparación para mi debate con Dan Billingsly consulté un total de 6 diccionarios bíblicos, 3 enciclopedias bíblicas y 12 autoridades en gramática y unánimemente estuvieron de acuerdo con las citas en esta gráfica. 

8 Merrill F. Unger y William White, Jr., ed., Diccionario Expositivo del Antiguo Testamento de Nelson (Nashville, TN: Thomas Nelson Pub. 1980), 82-83. 

9 Merrill C. Tenney, ed. Diccionario bíblico pictórico de Zondervan (Grand Rapids, MI: Zondervan Pub. House, 1967), 186.

10 Merrill F. Unger, Diccionario bíblico de Unger (Chicago IL Moody Press, 1977), 244. PG 8

11 J. D. Douglas, ed., El nuevo diccionario bíblico (Grand Rapids, MI: Wm. B. Eerdmans Pub. Co., 1962), 264-267.

12 A. R. Fausset, Diccionario bíblico de Fausset (Grand Rapids, MI: Zondervan Pub. House, 1977), 140.PG

13 2John McClintock y James/Strong, ed., Enciclopedia de literatura bíblica, teológica y eclesiástica (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1970 rep.), 2:544.

14 McClish-Billingsly, 36-37, adaptado con permiso.

15 Ibid., 51, adaptado con permiso.

16 Ibid., 53, adaptado con permiso.

[Nota: escribí este manuscrito y presenté un resumen del mismo oralmente en las Power Lectures, organizadas por Southaven, MS, Church of Christ, del 18 al 22 de agosto de 1996. Se publicó en el libro de las conferencias, The Two Covenants, ed. B.J. Clarke (Southaven, MS: Iglesia de Cristo de Southaven, 1996).]

Atribución: Tomado de TheScripturecache.com, propiedad de y administrado por Dub McClish.

Traducido por: Jaime Hernandez.

 

 

 

 

 

 

 

Author: Dub McClish

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