¿Son los hombres más fuertes que Dios?

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            Los que creen en la Biblia creen que Dios es todopoderoso. “¿Hay para Dios alguna cosa difícil?” (Génesis 18:14) se anticipa una respuesta negativa. La Escritura se refiere a Dios como “Todopoderoso” 59 veces. Pablo mencionó “…la supereminente grandeza de su poder” (Efesios 1:19). En verdad, la Biblia está llena de afirmaciones de la omnipotencia de Dios.

            Paradójicamente, a pesar de estas afirmaciones, la Biblia también revela que, al menos en un aspecto, los seres humanos son más poderosos que Dios. Esta declaración no tiene la intención de impactar y ciertamente no proviene de un corazón blasfemo.

            Juan Calvino, el reformador del siglo XVI, pervirtió la doctrina bíblica de la omnipotencia de Dios en su doctrina de la soberanía de Dios. Para los calvinistas, la soberanía de Dios significa el poder absoluto e incondicional de Dios a través del cual Él impone su voluntad en forma arbitraria y aleatoria sobre la humanidad. Esta visión distorsionada de la omnipotencia de Dios alimenta todo el motor calvinista. A causa de la “soberanía” de Dios, ellos afirman que Él:

  1. Trae a cada bebé al mundo totalmente depravado en el pecado e incapaz—incluso en la edad adulta—de un pensamiento puro o una buena acción, excepto por un acto sobrenatural del Espíritu Santo.
  2. Elije incondicionalmente (es decir, al margen de la fe o la obediencia de parte ellos) antes de que el mundo comenzara (es decir, predestinó) a cada individuo a que sería salvo o que sería condenado.
  3. Envió a Cristo a morir, no por todos los pecadores, sino solo por ese número limitado a quien Dios ya había elegido arbitrariamente e incondicionalmente para la salvación.
  4. Impone Su gracia irresistible sobre los que ha elegido (es decir, no pueden ser condenados incluso si así lo desean ellos).
  5. Verá que perseveren para la salvación eterna porque Él no permitirá que se pierdan, sin importar el grado de su falta de fe o maldad.

            Calvino y sus millones de discípulos lo tienen todo mal. Su teología nos priva de nuestro libre albedrío, que Dios nos dio desde el principio. Dios permitió que Adán y Eva eligieran obedecerlo o desobedecerlo (Génesis 2:17) con la terrible consecuencia de la muerte si desobedecían. El don de Dios del libre albedrío al hombre es una limitación Autoimpuesta. Todos tienen el “poder” para decir “No” a la gracia y salvación de Dios, por lo que, en este sentido, Dios permite que los hombres sean “más fuertes” de lo que Él es. ¿Qué gloria redunda en Dios si los “elegidos” son robots indefensos que no tienen más remedio que servirle? Además, la visión de Calvino de la Soberanía de Dios lo convierte en un ogro caprichoso. El libre albedrío es precioso, pero ¡ay de aquellos que lo ejercen incorrectamente y se rebelan contra su Creador!

[Nota: Escribí este artículo para y se publicó en Denton Record-Chronicle, Denton, TX, el 26 de agosto de 2016.]

Reconocimiento: Tomado de TheScripturecache.com propiedad de y administrado por Dub McClish.

Traducido por: Jaime Hernandez

 

Author: Dub McClish

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