Respeto por los términos bíblicos―No. 2

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            La falta de observación y seguimiento del significado de las palabras tal como se usan en las Escrituras es una de las principales causas de la confusión religiosa. Admitir la afirmación de inspiración que se encuentra en la Biblia es atribuir sus mismas palabras al Espíritu Santo (1 Corintios 2:13). Para el ferviente siervo de Dios, las palabras de la Escritura merecen y recibirán el máximo respeto.

             Las palabras relacionadas con los predicadores se encuentran entre las más abusadas. Hay tres palabras básicas en el Nuevo Testamento que se refieren a los que predican:

  1. Predicador. Un proclamador público o heraldo (Romanos 14:2).
  2. Evangelista. Un portador de buenas nuevas (2 Timoteo 4:5).
  3. Un siervo (Efesios 3:7).

            Todos estos términos se usan hasta cierto punto en la conversación actual en referencia a los predicadores, pero el término que se usa con más frecuencia es pastor. Si bien pastor es un término bíblico (Efesios 4:11, forma sustantiva; Hechos 20:28, 1 Pedro 5:2, forma verbal), no se usa en el Nuevo Testamento en referencia a predicadores, sino en referencia a ancianos u obispos. “¿Qué diferencia hace esto?” Ya sea que veamos por qué el Espíritu Santo distinguió entre pastores y predicadores o no, no viene al caso, aunque se pueden dar razones adecuadas para la distinción. Que las Escrituras hagan tal distinción es razón suficiente para el estudiante dedicado de la Biblia.

            Como en todas las cosas que Dios hace, Él tiene una razón para hacer esta distinción. Pastor significa que conlleva la responsabilidad de alimentar y proveer para la iglesia, pero también la autoridad de mantener a las ovejas siguiendo de cerca al “Pastor Principal” (1 Pedro 5:4). Por otro lado, la principal responsabilidad del predicador es “predicar la Palabra” (2 Timoteo 4:1-2) y no tiene autoridad sobre la iglesia excepto la ejercida por la Palabra que predica. Por lo tanto, hacer un uso no bíblico del término bíblico pastor es confundir el papel del anciano y el predicador en la iglesia local. Es posible que un predicador sea pastor bíblicamente, si también es nombrado anciano (p. ej., Pedro – 1 Pedro 5:1). Sin embargo, tal predicador no es pastor porque sea predicador, sino porque es un anciano. El “sistema de pastores” generalizado seguido por la mayor parte de la cristiandad hace que el predicador o sacerdote en una iglesia sea la figura de autoridad singular, ignorando por completo el plan del Señor de que esta autoridad pertenece a una pluralidad de hombres bíblicamente calificados: ancianos, obispos o pastores. Si los hombres respetaran realmente estos términos bíblicos, el “sistema de pastores” desaparecería de la noche a la mañana.

[Nota: Escribí este artículo y fue publicado en la columna “Bible Thoughts” de Hood County News, Granbury, Texas, 1 de abril de 1979.]

Atribución: de thescripturecache.com; Dub McClish, propietario y administrador.

Traducido por: Jaime Hernandez.

Author: Dub McClish

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