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La Biblia afirma su inspiración tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. Uno no lee mucho en el Nuevo Testamento sin que le sorprenda la reverencia de sus escritores (y de los a que citan) por el Antiguo Testamento como la misma Palabra de Dios. Incontables veces en el Antiguo Testamento aparecen expresiones como “El Señor dijo a…” o “La Palabra del Señor.” Los escritores del Nuevo Testamento consistentemente afirman que su mensaje no es de ellos mismos ni de otros hombres sino de Dios.
Si uno acepta la afirmación de que las Escrituras son inspiradas en el sentido de que afirman serlo, entonces debe concluirse que las palabras, los mismos términos usados en las Escrituras, son inspirados. De hecho, Pablo afirma claramente la inspiración de las mismas palabras que escribió: “Lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu” (1 Corintios 2:13). Es justo concluir de esta premisa que el Espíritu Santo escogió las mismas palabras que usaron los autores bíblicos (mientras usaban sus estilos literarios individuales) para transmitir las ideas que quería comunicar. También es justo concluir que el vocabulario de las Escrituras, por lo tanto, debe ser tratado con el más profundo respeto. Un principio seguro y válido de la interpretación bíblica es “llamar a las cosas bíblicas por nombres bíblicos.”
Una gran cantidad de doctrinas y prácticas erróneas pueden atribuirse a la falta de respeto y aplicación adecuada de los términos bíblicos. Esto no implica que estemos obligados a usar solo palabras de la Biblia al discutir temas religiosos o bíblicos. Si fuera así, cada sermón o lección bíblica tendría que limitarse únicamente a leer o citar las Escrituras. Además, no es suficiente simplemente usar términos que se encuentran en las Escrituras, ya que no es raro escuchar términos bíblicos usados para transmitir ideas no bíblicas. El estudiante ferviente de la Biblia se interesará no solo en usar términos bíblicos, sino en usarlos con su significado bíblico. En los siguientes breves artículos, nuestro estudio se referirá a algunos de los términos de las Escrituras de los que se abusa comúnmente. Estos incluirán términos que describen a los predicadores, términos relacionados con la iglesia, los miembros de la iglesia y el día de adoración.
[Nota: Escribí este artículo y fue publicado en la columna “Bible Thoughts” de Hood County News, Granbury, Texas, 25 de marzo de 1979.]
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Traducido por: Jaime Hernandez.