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Ningún asunto es más vital para los santos sinceros que el evangelismo. Jesús hizo de esta nuestra primera responsabilidad cuando El mando la Gran Comisión (Mat. 28:18–19; Marcos 16:15–16; Lucas 24:47). Esta es la manera de Dios para salvar a los perdidos. Esta es la parte vital de la iglesia. El evangelismo ronda alrededor en cada esquina del evangelio. Consideremos algunos hechos acerca del evangelismo:
- El que del evangelismo: Llevar el Evangelio. Evangelismo es realmente una palabra Griega, euangelizo. Esta significa proclamar buenas nuevas, llevar un mensaje de gozo. La forma nominal de esta palabra (euangelion), es la palabra del Nuevo Testamento “evangelio,” buenas nuevas. Por tanto Dios escogió una palabra para Su mensaje de salvación que prácticamente demanda ser proclamada. La verdad de Dios acerca de la salvación en Cristo es alentadora, apasionante y por tanto noticias maravillosas para personas juiciosas—un mensaje el cual toda persona debería conocer y del cual se puede tener provecho en tiempo como en eternidad. El mensaje debe ser solo el Evangelio de Verdad, porque este es el poder de Dios para salvación (Rom. 1:16). Los hombres han originado sus falsos “evangelios,” pero hay solo uno evangelio salvador que Dios ha dado (Gal. 1:6–9).
- El por qué del evangelismo: Una Orden de Cristo. Ningún mandamiento es más central para el Evangelio como la orden del Señor, “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15). Vamos a estar siempre listos para presentar defensa con el Evangelio (1 Ped. 3:15). ¿Por qué el Señor requiere primeramente esto de nosotros? Porque los hombres están perdidos sin el Evangelio y nosotros somos los medios por los cuales ellos oirán el evangelio para salvación. La iglesia no puede sobrevivir y mucho menos crecer sin practicar el evangelismo. Solamente por el evangelismo las personas son añadidas y por esto mismo se mantienen puras (Hechos 2:38–47; 2 Tim. 2:2). Todo lo que pertenece a la causa de Cristo sobre la tierra se conecta con el evangelismo.
- El quien del evangelismo: Todo Cristiano. Muchos de los más eficaces evangelistas en el Nuevo Testamento fueron Cristianos “ordinarios” (Los santos en Jerusalén [Hechos 8:4; 11:19]; Felipe [Hechos 8:5]; Bernabé [Hechos 11:22–30; 13:1–3]; Aquila y Priscila [Hechos 18:26];.) Cada Cristiano es un “vaso de barro” para llevar el evangelio de un lugar a otro (2 Cor. 4:7). “La Fe” ha sido “dada a los santos” para defenderla y proclamarla (Judas 3). Algunos de los evangelistas más eficaces de Dios nunca estarán de pie en un púlpito. Todo cristiano tiene la responsabilidad de buscar algún medio para pregonar el Evangelio.
- El cuándo del evangelismo. “A tiempo y fuera de tiempo” (2 Tim 4.2). Debemos ser siempre abundantes en la obra del Señor (1 Cor. 15:58). Deberíamos buscar diariamente la oportunidad de enseñar a otros (Mat. 26:55; Lucas 9:23; Hechos 5:42; 20:31). Cuanto más sembremos la semilla, mucho más serán nuestras posibilidades de encontrar la “buena tierra” el corazón honesto y bueno (Lucas 8:11, 15). Que todos constantemente busquemos, diariamente, oportunidades para enseñar a otros en la medida que avanzamos en nuestras actividades propias.
[Nota: Escribi este articulo para ser publicado en el faro, boletín semanal de Northpoint Iglesia de Cristo, Denton, TX, May 10, 2015, de la cual yo era editor.]
Atribución: Impreso de TheScripturecache.com, propiedad y administración por Dub McClish.
Traducido por: Harvin y/o Jennifer Fernández, Nicaragua.
