Un ateo virtuoso

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            Considere este caso real: el joven era un ateo declarado. Se describió a sí mismo como “capaz de un pensamiento y con un discurso prístino, … moral, honesto, cuidadoso, ético, amoroso y perdonador … y tratando de hacer lo correcto”. Él continuó: “Mi fuerza de voluntad y mi preocupación por los principios y las reglas de conducta correcta son profundas e inquebrantables.”

Estas parecían palabras extrañas provenientes de alguien que negaba la existencia de Dios (el centro moral del universo) y la Biblia (el libro que revela los estándares morales de Dios). Estas palabras eran aún más extrañas en vista de que él vivía en una relación inmoral con su novia, una situación muy común en una cultura cada vez más secular y amoral. ¿Cómo debe un cristiano responder a tal confusión para poder ayudar? Respondí de la siguiente manera:

Ningún mortal tiene alguna base, que no sea la opinión personal o el escrúpulo, para discernir entre el vicio y la virtud. Jim puede decidir que ciertas cosas son “correctas”, pero ¿qué hay de Mary que las rechaza? Los defensores del aborto, la eutanasia, la sodomía, el lesbianismo, el incesto, la pedofilia, la bestialidad, la violación, el robo a mano armada u otros comportamientos, tienen el mismo derecho a sus opiniones/decisiones como los demás moralistas subjetivos. Si esa gente está equivocada, ¿bajo qué norma? El hecho es que ellos no tienen ninguna norma. Lógicamente, uno debe aceptar al menos la posibilidad de que aquellos que rechazan todo lo que uno piensa que es “correcto” pueden ser igual de “correctas”. En otras palabras, la base del “sistema moral” de todo ateo está firmemente arraigada en aire.

¿Sobre qué base puede alguien determinar qué es lo “correcto” (y saber que tiene razón), partiendo de una norma objetiva de lo correcto e incorrecto (es decir, independiente al origen humano)? La respuesta es, “ninguna”, que es exactamente todo lo que cualquiera tiene sin Dios y su Palabra. Es bueno apreciar los rasgos nobles y considerarlos como sanos y correctos, pero si tienen razón, no es porque lo pensemos, sino porque Dios así lo ha decretado. Sin Él, nadie tiene nada más que una opinión y una preferencia personal por cualquier comportamiento”bueno” o “malo”.

Necesito ayuda para ver cómo reconciliar la frase “me esfuerzo mucho por ser moral” con la fornicación, a menos que la conducta “moral” y “prístina” lo incluya. Esa “profunda e inquebrantable preocupación por los principios … de la conducta correcta” aparentemente flaquó un poco cuando él y su novia decidieron cohabitar. Déjeme ver si entiendo su código moral: mentir, robar, codiciar y odiar son prohibidos, pero la fornicación es completamente aceptable—simplemente porque uno define así esos actos. A conveniencia, los moralistas subjetivos tienen una manera de excusar sus propios pecados.

[Nota: Este artículo fue escrito para y publicado en el Denton Record-Chronicle, Denton, TX, el 21 de Noviembre de 2014]

Reconocimiento: Tomado deTheScripturecache.com, propiedad y administrado por Dub McClish.

Traducido por: Jaime Hernandez.

 

 

Author: Dub McClish

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